
- Jan 13, 2022 11:12:56 AM
Tips para mejorar tus finanzas luego de pagarLo que debes hacer para consolidar un futuro seguro
Con los problemas de deuda la salud se puede ver amenazada: insomnio, aumento de las dolencias físicas, descontrol del peso, incluso problemas con la bebida. Es una situación indeseable, y una vez superada no deseamos volver a ella. Pero bastan unos pocos descuidos para volver a caer en un problema similar.
Si llegaste a un acuerdo de pago con tu banco, te felicitamos y aplaudimos tu empeño en volver por la puerta grande al sistema financiero. Ahora es momento de fortalecer esa disciplina financiera, la misma que te llevó a recuperarte, y trabajar en tu bienestar duradero: planificar tus años dorados.
Cuidar de tu futuro
Los años por venir, en materia de pensiones, son un poco inciertos en América Latina. Proyecciones de la Comisión Económica para América Latina, organismo de la ONU, indican que la región tiene actualmente a 57 millones de personas de 65 años en adelante. Se prevé que aumenten 40% en 2030 y para 2070 sea una población de 200 millones.
Este crecimiento va a demandar que los Estados destinen más dinero a su población retirada. Esa es la recomendación de los organismos especializados, ¿pero si esa inversión no ocurre?
En tal sentido, nunca está de más que, si contamos con las herramientas, contribuyamos a mejorar nuestras finanzas de cara a los años dorados a través de:
Propiedades
Inversiones
Control de gastos
Apégate a un presupuesto
Si tus condiciones financieras han mejorado después de salir de tu deuda castigada o morosa, no dejes de tener disciplina.
Si por un tiempo prescindiste de las salidas con amigos, de escapadas de vacaciones; pues, añade algo de eso en tu presupuesto, pero no tanto como para que desajustes tus ingresos.
Y tal como hiciste en el pasado, apégate a la cantidad de dinero que has destinado para cada rubro, de manera tal que puedas destinar para el ahorro.
Repara en este punto: si las grandes empresas tienen presupuestos para todo y con ellos se han mantenido en el tiempo, ¿por qué el mismo recurso (bien ejecutado, claro está) no te podría servir a ti?
Crea un fondo de emergencia
Es lo mínimo que debes asegurar en adelante. Este debe ser equivalente a tres meses de tus gastos corrientes, lo que supondría que te puedas mantener en caso de perder el empleo o sufrir algún percance que te impida ser productivo momentáneamente.
Recuerda también que a medida que mejore tu situación económica y tu estilo de vida, y eso es justamente lo que esperamos que ocurra, ese fondo debe ser mayor, lo suficiente para que dejes de decir “puedo estar tranquilo/a, tengo un fondo de emergencia” a “tranquilo/a, tengo ahorros que me amparan”.
Ahorra
De todo lo anterior se desprende una deducción lógica: ahorrar. Lo básico es que comiences por destinar como mínimo el 10% de tus ingresos.
Otros consejeros financieros recomiendan seguir una proporción 50/30/20; es decir, 50% a los gastos corrientes, 30% al esparcimiento y 20% al ahorro. Si bien hemos mencionado el ahorro de último, en realidad es lo primero que debes sacar.
Queremos decir que apenas recibas tus ingresos, envía de una vez ese 20% para tu cuenta de ahorro. No lo veas como una limitación, sino como que te estás pagando a ti por tus esfuerzos. Psicológicamente es más alentador y estimulante.
También puedes intentar, siempre que cuentes con la asesoría de expertos, invertir en productos financieros que te generen más rentabilidad, tal es el caso de la bolsa de valores.
Establécete metas financieras
Y si se ahorra es con un propósito, que en este territorio se llama “metas financieras”. Debes establecer lo que quieres lograr en 10, 20, 30 años o más.
Y, volviendo al comienzo del artículo, la primera gran meta debe ser tener ahorros o inversiones que aseguren tu calidad de vida (y la de tu pareja, en caso de estar casados) luego de retirarte de la actividad laboral.
También hay metas intermedias importantes: comprar una casa, costear la universidad de los hijos, adquirir más propiedades (solar, apartamento de vacaciones, inmueble en el extranjero, etc.) o establecimiento de un negocio propio o en sociedad.
Para todas ellas debes establecer plazos para alcanzarlos y un plan de trabajo, donde el control de gatos, por cierto, vuelve a ser importante.
Toma en consideración cierta flexibilidad, puedes indicarte a ti mismo qué objetivos pueden ser aplazables. Por ejemplo, puedes considerar menos importante dejar de tener una propiedad fuera del país que dejar de tener un fondo de retiro. Se trata de no poner excesiva presión y no generarse a sí mismo grandes frustraciones.
Controla tu nivel de endeudamiento
Saldar tu deuda en mora o castigada te permite recuperar el acceso a otros préstamos, tanto de tu banco como de otros.
La verdad es que siempre vamos a necesitar financiamiento bancario: préstamos para vehículo, préstamos hipotecarios, créditos personales, para emprendimiento y las tarjetas de crédito.
Solo recuerda endeudarte con aquello que puedas responder financieramente. No tomes muchos créditos en simultáneo, si no tienes claridad de los ingresos que puedan saldar las cuotas respectivas. El crédito excesivo te puede llevar, de nuevo, a una situación de crisis.
Privilegia, por ejemplo, los préstamos personales a las tarjetas de crédito, pues aquellos tienen menos intereses que estas últimas. También es recomendable recurrir a seguros para tus préstamos bancarios en caso de algún imprevisto, sobre todo cuando comienzas a retomar tu estabilidad financiera.
Tips para mejorar tus finanzas luego de pagarLo que debes hacer para consolidar un futuro seguro
Con los problemas de deuda la salud se puede ver amenazada: insomnio, aumento de las dolencias físicas, descontrol del peso, incluso problemas con la bebida. Es una situación indeseable, y una vez superada no deseamos volver a ella. Pero bastan unos pocos descuidos para volver a caer en un problema similar.
Si llegaste a un acuerdo de pago con tu banco, te felicitamos y aplaudimos tu empeño en volver por la puerta grande al sistema financiero. Ahora es momento de fortalecer esa disciplina financiera, la misma que te llevó a recuperarte, y trabajar en tu bienestar duradero: planificar tus años dorados.
Cuidar de tu futuro
Los años por venir, en materia de pensiones, son un poco inciertos en América Latina. Proyecciones de la Comisión Económica para América Latina, organismo de la ONU, indican que la región tiene actualmente a 57 millones de personas de 65 años en adelante. Se prevé que aumenten 40% en 2030 y para 2070 sea una población de 200 millones.
Este crecimiento va a demandar que los Estados destinen más dinero a su población retirada. Esa es la recomendación de los organismos especializados, ¿pero si esa inversión no ocurre?
En tal sentido, nunca está de más que, si contamos con las herramientas, contribuyamos a mejorar nuestras finanzas de cara a los años dorados a través de:
Propiedades
Inversiones
Control de gastos
Apégate a un presupuesto
Si tus condiciones financieras han mejorado después de salir de tu deuda castigada o morosa, no dejes de tener disciplina.
Si por un tiempo prescindiste de las salidas con amigos, de escapadas de vacaciones; pues, añade algo de eso en tu presupuesto, pero no tanto como para que desajustes tus ingresos.
Y tal como hiciste en el pasado, apégate a la cantidad de dinero que has destinado para cada rubro, de manera tal que puedas destinar para el ahorro.
Repara en este punto: si las grandes empresas tienen presupuestos para todo y con ellos se han mantenido en el tiempo, ¿por qué el mismo recurso (bien ejecutado, claro está) no te podría servir a ti?
Crea un fondo de emergencia
Es lo mínimo que debes asegurar en adelante. Este debe ser equivalente a tres meses de tus gastos corrientes, lo que supondría que te puedas mantener en caso de perder el empleo o sufrir algún percance que te impida ser productivo momentáneamente.
Recuerda también que a medida que mejore tu situación económica y tu estilo de vida, y eso es justamente lo que esperamos que ocurra, ese fondo debe ser mayor, lo suficiente para que dejes de decir “puedo estar tranquilo/a, tengo un fondo de emergencia” a “tranquilo/a, tengo ahorros que me amparan”.
Ahorra
De todo lo anterior se desprende una deducción lógica: ahorrar. Lo básico es que comiences por destinar como mínimo el 10% de tus ingresos.
Otros consejeros financieros recomiendan seguir una proporción 50/30/20; es decir, 50% a los gastos corrientes, 30% al esparcimiento y 20% al ahorro. Si bien hemos mencionado el ahorro de último, en realidad es lo primero que debes sacar.
Queremos decir que apenas recibas tus ingresos, envía de una vez ese 20% para tu cuenta de ahorro. No lo veas como una limitación, sino como que te estás pagando a ti por tus esfuerzos. Psicológicamente es más alentador y estimulante.
También puedes intentar, siempre que cuentes con la asesoría de expertos, invertir en productos financieros que te generen más rentabilidad, tal es el caso de la bolsa de valores.
Establécete metas financieras
Y si se ahorra es con un propósito, que en este territorio se llama “metas financieras”. Debes establecer lo que quieres lograr en 10, 20, 30 años o más.
Y, volviendo al comienzo del artículo, la primera gran meta debe ser tener ahorros o inversiones que aseguren tu calidad de vida (y la de tu pareja, en caso de estar casados) luego de retirarte de la actividad laboral.
También hay metas intermedias importantes: comprar una casa, costear la universidad de los hijos, adquirir más propiedades (solar, apartamento de vacaciones, inmueble en el extranjero, etc.) o establecimiento de un negocio propio o en sociedad.
Para todas ellas debes establecer plazos para alcanzarlos y un plan de trabajo, donde el control de gatos, por cierto, vuelve a ser importante.
Toma en consideración cierta flexibilidad, puedes indicarte a ti mismo qué objetivos pueden ser aplazables. Por ejemplo, puedes considerar menos importante dejar de tener una propiedad fuera del país que dejar de tener un fondo de retiro. Se trata de no poner excesiva presión y no generarse a sí mismo grandes frustraciones.
Controla tu nivel de endeudamiento
Saldar tu deuda en mora o castigada te permite recuperar el acceso a otros préstamos, tanto de tu banco como de otros.
La verdad es que siempre vamos a necesitar financiamiento bancario: préstamos para vehículo, préstamos hipotecarios, créditos personales, para emprendimiento y las tarjetas de crédito.
Solo recuerda endeudarte con aquello que puedas responder financieramente. No tomes muchos créditos en simultáneo, si no tienes claridad de los ingresos que puedan saldar las cuotas respectivas. El crédito excesivo te puede llevar, de nuevo, a una situación de crisis.
Privilegia, por ejemplo, los préstamos personales a las tarjetas de crédito, pues aquellos tienen menos intereses que estas últimas. También es recomendable recurrir a seguros para tus préstamos bancarios en caso de algún imprevisto, sobre todo cuando comienzas a retomar tu estabilidad financiera.