Lo que debes saber antes de tomar una tarjeta de crédito  

03.03.22 06:15 PM By Jennifer

¿Sabías que estos productos financieros tienen costos asociados?  

 

Sí, sabemos lo poderosas que pueden ser las tarjetas de crédito, sobre todo para los jóvenes que comienzan a tomar las riendas de su vida financiera.

 

Hay hasta cierto magnetismo en ellas cuando entran en contacto con nuestros dedos, una ligerísima vibración que se produce y nos exhorta, nos convoca, nos llama a gastar, a disfrutar sin más.

 

No obstante, ¡cuidado! Llámanos aguafiestas si quieres, pero en esa etapa de la vida no se suele mirar la letra chica de los préstamos, y mira que bien podrían hacerlo sin anteojos. Y es así como una tarjeta de crédito puede pasar a ser una pesadilla.

 

El mal uso de esta, así como de cualquier otro préstamo bancario, puede derivar en los sobregiros, sobreendeudamientos, acumulación de cargos y, finalmente, en una deuda que se puede hacer casi impagable.

La tarjeta de crédito es tuya, el dinero en ella no

Lo primero que hay que saber es que el dinero del que dispones en tu tarjeta de crédito (o el que te dan por concepto de consumo personal) en realidad no es dinero tuyo, es dinero prestado.

 

No puedes considerar el límite de tu tarjeta como dinero propio que tienes adicionalmente a tus ingresos habituales.

 

Es simplemente dinero del banco que al usarlo debes devolver antes de una fecha estipulada. Si no lo haces antes, debes comenzar a pagar intereses.

 

Entonces, el producto o servicio que habías adquirido en un precio equis en la tienda al final te sale más caro; por los intereses que le dejas abonar.

 

Así que, si vas a comprar a crédito, procura:

 

  Contar con al menos la mitad del monto de lo que quieres adquirir.

  Intenta pagar la totalidad de lo adeudado antes de la fecha de corte.

  Compra poco antes de recibir tu doble sueldo o un ingreso adicional, así aprovechas el descuento y puedes pagar de una vez lo adeudado.

  Adquiere productos que te ayuden a rentabilizar tus esfuerzos (elementos para el trabajo independiente o para tu negocio).

Tomar un préstamo tiene costos asociados

Las publicidades de tarjetas de crédito rara vez lo dicen, pero, además de los intereses, hay otros conceptos que se cobran por los préstamos.

 

Por ejemplo, la firma de un crédito para vehículos incluye el costo de “gastos legales” y de “servicios administrativos”. Cada uno de ellos puede tener un valor de alrededor de RS$7,000. Puede ser menos o más, dependiendo de la entidad.

 

Pero los costos más pesados aparecen cuando una persona se retrasa con sus cuotas; es decir, cuando entra en mora.

 

Veamos el caso de un préstamo personal. Además de cobrarte la cuota que no has pagado, la institución bancaria te recarga un porcentaje adicional como penalidad. Y en este rubro hay ejemplos de tasas de 5% de la cuota en mora del préstamo.

 

Tomar un seguro que te cubra en caso de pérdida del empleo o de un accidente puede ser un buen respaldo, hablando honestamente; pero no es menos cierto que recarga los costos de tu tarjeta de crédito.

 

Este funciona aplicando un porcentaje de la cuota del préstamo mensual, que puede ser de 4% para algunas entidades.

 

Incluso ser un excelente pagador podría salir caro. Paradójico pero cierto, nos referimos al concepto de “cancelación anticipada de un préstamo”.

 

Esto quiere decir cuando alguien no quiere aguardar a que transcurra la totalidad del lapso fijado para pagar el préstamo, generalmente de los tipos hipotecario, de vehículo o de emprendimientos.

 

Pues, resulta que pagar totalmente la deuda puede estar penalizado con el equivalente de 2% a 4% del capital adeudado al momento de la cancelación.

 

¿Lo ves ahora? Un crédito, del tipo que sea, siempre lleva gastos conexos. Debes preguntarte antes de tomar uno si estás en capacidad de responder financieramente a ellos.

¿Puedes tener control del nivel de endeudamiento?

 

Quizá parezca que todo lo anterior es un intento nuestro para hacer que desista de tener una tarjeta o de conseguir un producto crediticio.

 

Pero no, porque en realidad, bien utilizados (repetimos, bien utilizados) son una herramienta de desarrollo para tus finanzas personales, familiares y hasta de emprendimiento.

 

Volvamos al caso de los jóvenes que tienen su primera tarjeta. Es la herramienta idónea para hacerse de una buena imagen en el sistema financiero dominicano, siempre que se cumplan las siguientes recomendaciones básicas:

 

  Pagar a tiempo.

  Desembolsar más que solo el pago mínimo.

  Nunca superar el 50% del límite del monto de la tarjeta.

  No permitir que el pago de compromisos crediticios supere el 40% de tus ingresos mensuales.

  Trata de pagar los consumos completos de inmediato o en breve tiempo.

  No retrasarse con el pago de las cuotas.

 

¿Qué pasa si aplicas todo esto? Los bancos te consideran responsables y acceden fácilmente a darte más líneas de créditos.

 

Y vas a necesitar más financiamiento a medida que avanzas en tu vida, para tu carrera universitaria, para un postgrado, para la compra de un vehículo, para establecer una familia o un negocio propio.

 

Tus metas serán cada vez mayores y vas a necesitar más respaldo económico. Y si cada préstamo que tomas lo manejas con responsabilidad e inteligencia, los bancos te van a acompañar a dar esos pasos.

 

Así que solo toma un crédito cuando tengas la seguridad de: tener tus finanzas en orden, consultar con tu agencia bancaria los gastos asociados y tener la disciplina para no gastar más de lo necesario.