Los bancos y entidades crediticias pueden recurrir a una vía externa que les permite mayor captación de deudores y una reducción notable en los gastos de cobro
Los bancos y entidades crediticias pueden recurrir a una vía externa que les permite mayor captación de deudores y una reducción notable en los gastos de cobro
La cobranza de deudas es un arte difícil, casi siempre exige un equilibrio… digamos, complicado. La proporción justa de tacto, pero también de énfasis; rastrear pistas y saber cuándo uno debe dar la impresión de desaparecer; escuchar al otro, pero también hacerse valer.
Y sin embargo, después de todas estas acrobacias entre las sutilezas y las palabras directas, los clientes pueden seguir en el mismo punto: sin pagar. Todo este proceso genera costos para el acreedor; es decir, para las instituciones bancarias y financieras.
Cuando se trata de cuentas castigadas o de créditos irrecuperables, los gastos se incrementan porque, generalmente, se encomienda la labor a una empresa de cobranza especializada. Esto significa que el banco deberá pagar una comisión más gastos asociados.
Tecnología que disminuye el costo de la cobranza
Ahora recuperar el contacto con un cliente que tiene cuenta en mora o con crédito irrecuperable puede ser igual a cero para un banco, y todo gracias a la tecnología y al surgimiento de nuevos e innovadores intermediarios en el mercado financiero.
En los últimos años han aparecido, en distintas partes del mundo, operadores que se encargan de captar deudores de entidades financieras y renegociar sus deudas.
El objetivo es llegar a acuerdos que estimulen al deudor a saldar su compromiso y al banco a recuperar un dinero que, muchas veces, consideraba ya perdido.
Todo el proceso, o la mayor parte de él, se produce por la vía digital, ya que los algoritmos se encargan de evaluar la capacidad de pago del deudor interesado.
Y si este ofrece buenos indicadores, se procede a cruzar su información con la de las ventajas que está dispuesta a dar el banco para iniciar y acelerar el proceso de pago.
Al no haber mayor intervención humana y basar la mayor parte en el proceso tecnológico, los gastos se reducen prácticamente a cero.
Por otra parte, los deudores se ven atraídos por estas plataformas porque no tienen que lidiar directamente con el personal de su banco acreedor, con el que, muy seguramente, tuvieron malas experiencias o al que le reservan cierta predisposición.
Asimismo, el personal especializado detrás de estas mediaciones ha llevado a cabo una labor para simplificar los términos financieros, de manera que sean fácilmente entendibles por el usuario del sistema financiero.
Al final, estos intermediarios no solo reducen costos, sino que facilitan la captación de deudores, toda vez que eliminan puntos de fricción importantes.
Evita la venta barata de tu cartera morosa
Otra razón por la cual se debe aprovechar este tipo de mecanismos de captación y negociación es porque evita que los bancos tengan que vender sus carteras morosas o créditos “irrecuperables”.
Cuando ha pasado tanto tiempo que se da por perdido la devolución del crédito, lo más habitual es que las instituciones crediticias vendan sus deudas a precios muy bajos.
Pero plataformas de renegociación de deudas ofrecen mayores niveles de recuperación de lo adeudado, además de condiciones atractivas para los clientes, de lo que resultaría de rematar una cartera morosa.
República Dominicana se une a la tendencia
Las innovaciones tecnológicas aplicadas al análisis crediticio alternativo, la captación de deudores y la negociación en línea entre clientes y acreedores y lenders ya se está aplicando en el país.
Ya hay plataformas que integran todos estos procesos y que están ofreciendo a los dominicanos una segunda oportunidad para saldar sus deudas.
Estas cuentan con la autorización de los entes del Estado, pero también con personal experimentado en las áreas tecnológicas, jurídicas y financieras para facilitar las negociaciones con las instituciones financieras.
En un mercado nacional, donde la ubicación de clientes en mora puede ser un dolor de cabeza, estas plataformas resultan una gran solución. Los clientes se sienten motivados al encontrar varias ofertas de financiamiento de saldos totales o saldos a plazos para antiguos compromisos crediticios.
La rapidez, la practicidad de la plataforma tecnológica, la sencillez en las comunicaciones y la diversidad de planes de pagos han resultado muy atractivos para los usuarios. Sobre todo cuando se hacen a través de aplicaciones móviles, un formato de interacción con el que ya están familiarizados.
La vía digital es la norma, no la excepción
El consumo digital se ha intensificado en los últimos años y mucho más tras la pandemia por la enfermedad COVID-19.
El comercio en línea representaba el 16% de las ventas al por menor en 2019 y para 2020 representó el 19%, según un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
Muchos países aumentaron su comercio electrónico minorista tras la pandemia. En Corea del Sur pasó de 20,7% a 25,9%, mientras que en Estados Unidos pasó de 11% a 14%.
Esto ha supuesto un estímulo generalizado para el uso de las plataformas digitales en el comercio, en el contacto con las marcas y también, por supuesto, en los servicios bancarios.
De modo que una interacción más inmediata y sencilla se ha convertido en una demanda para los usuarios del sistema financiero.
En un estudio hecho por Mastercard recientemente indica que América Latina tiene una penetración actual de 55% en cuentas bancarias y más de 70% de celulares inteligentes.
Además, siete de cada diez bancos analizados en dicho estudio “cuentan con solicitudes en
línea que tardan menos de cinco minutos en completarse”.
¿Y qué ocurre con aquellas plataformas que son 100% en línea? La investigación indica que en estas se registró una experiencia de apertura de cuenta positiva: “El 82% abrió la cuenta en menos de una hora, comparado con el 59% de los clientes de bancos tradicionales”.
Si esto ya está ocurriendo con la apertura de cuentas, es normal que hoy en día un cliente moroso pueda ponerse al día con su acreedor totalmente en línea y sin chocar con los puntos de fricción de los procedimientos tradicionales. Así que como entidad financiera puedes aprovechar esta gran ventaja.