Riesgos de al pedir créditos extra para los jóvenes emprendedores 

03.03.22 06:25 PM By Jennifer

Al dar los primeros pasos como empresarios muchos depositan una fe extraordinaria en sus tarjetas de crédito  

Los emprendedores, al menos de manera intuitiva, saben qué es la “deuda buena”, aquella utilizada en la adquisición de productos o servicios que ayuden a generar liquidez más adelante.

 

En criollo: están puestos pa’ lo suyo. Pero a veces, incluso con esa loable intención, pueden incurrir en prácticas contraproducentes para ellos mismos. Una de ellas es abusar del crédito extra de sus tarjetas. Se trata de líneas de financiamiento adicional a los montos ya aprobados en sus tarjetas habituales, con lo cual su capacidad de financiamiento aumenta.

 

¿Pero sabes qué también aumentan? Los riesgos de malos manejos financieros, los cuales podrían producir endeudamientos difíciles de manejar.

 

Y si a esto sumamos finanzas personales y de negocios con cierta inestabilidad; pues, financiar el emprendimiento sin orden ni control es un salto al vacío.

El atractivo del efectivo

Rima y en los oídos de los emprendedores mucho más. Y es que una de las ventajas de obtener crédito extra, es que ese nuevo límite se puede transformar en avance de efectivo.

 

Es decir, una vía expedita de liquidez para financiar el emprendimiento. Lo es porque su aprobación no amerita mayores trámites ni papeleos, muchas veces basta con una simple llamada telefónica. Mientras que pedir un crédito para MiPymes requiere consignar muchos documentos, garantías, análisis de factibilidad del negocio, etc.

 

E incluso entregando todos esos requisitos, la tasa de aprobación es baja. Pasa en República Dominicana, pasa en el resto de América Latina y el Caribe. No es nada nuevo.

 

Entonces ese dinero que está concebido para gastos personales —es decir, más bien menores— se termina gastando en el negocio.

 

Pero no es una práctica muy confiable porque se deben sopesar varios elementos como los siguientes:

  ¿El dinero va a sustentar toda la producción del bien o servicio ofertado?

  ¿Puede el emprendedor aguantar una demora en el pago del cliente?

  ¿Tienen el colchón financiero en caso de que un cliente simplemente no le pague?

Las complicaciones que conlleva

Es muy probable que el avance de efectivo no se estire todo lo necesario para soportar por entero el proceso de producción. ¡Y allí es donde comienzan los riesgos para los emprendedores! El negocio podría no dar las remuneraciones necesarias, o no en el tiempo que se contempla, y producto de ello generar retrasos en el pago del dinero prestado, incluso llevar a la persona a mora o a tener la cuenta castigada.

 

Y llegar a este tipo de escenarios implica que no solo hay que buscar el dinero de las cuotas, sino también el de las penalidades, que será mayor a medida que pase el tiempo.

Los costos  

Debes tener en cuenta los gastos asociados de sacar efectivo a través de la línea adicional de tu tarjeta de crédito.

 

El banco te puede cobrar por el propio avance, algunos cobran entre 3% y 6% del monto retirado. ¿Te conviene? ¿Es un costo que no desequilibra tus cálculos financieros?

 

Lo siguiente a meditar es la tasa de interés. Cuando te amplían la línea de crédito no necesariamente te rebajan la tasa de interés.

 

Por otra parte, la tasa de las tarjetas es siempre más elevada que la de los otros préstamos bancarios, como los personales o los de MiPymes. ¿Puedes responder a esos intereses?

 

El tercer elemento que debes consultar con la almohada son las penalidades, en caso de incurrir en impago.

 

Algunas entidades de financiamiento pueden cobrar 5% de mora por la cuota atrasada. Y si nos vamos al extremo, hay entidades que cobran hasta 96% de interés anualizado por morosidad.

Recomendaciones para los emprendedores

Sí, lo reconocemos: todo emprendimiento tiene en el fondo una cuota de riesgo. Pero no todos los emprendedores están dispuestos a correr los mismos peligros, ni siquiera los inversionistas, por eso es que se dividen entre conservadores, moderados o agresivos.

 

Y es así porque antes de invertir saben cuánto de sus condiciones económicas, compromisos familiares y hasta de sus emociones pueden poner en juego. Un joven sin hijos puede ser más osado que una persona con dos hijos y una hipoteca.

 

Dicho todo lo anterior, es recomendable que solo tomes el avance de efectivo de tu  crédito adicional cuando:

 

  Financies solo aspectos pequeños y puntuales de tu negocio.

  Cuentes con parte de la liquidez y el efectivo de eso que deseas adquirir.

  Tengas un colchón financiero que te permita mantener la operatividad de tu negocio cuando se retrasa el pago de un cliente. 

  Nunca financies la productividad entera de tu negocio con solo el dinero de tu crédito adicional.

 

Por otra parte, nunca está de más hacer el intento de solicitar un crédito orientado a MiPymes. Puede demorar más tiempo reunir los recaudos. Pero si consigues este tipo de préstamos tendrás una tasa más baja y condiciones más aterrizadas a la realidad de un negocio.

 

Y desde un inicio trata de mantener las finanzas personales separadas de las finanzas del emprendimiento. Es decir, cuentas bancarias, tarjetas y préstamos por separados para cada finalidad.

 

Definitivamente asígnate un salario o ingreso periódico que evite que toques el dinero de la empresa para tus gastos regulares.

 

Recuerda que la disciplina financiera practicada desde el comienzo contribuye en mucho con la maduración de los emprendimientos.