Perder el carro no es el final de este trago amargo, puede haber otros compromisos financieros que enreden más tu situación económica
Un carro es una gran ventaja, en especial cuando se tiene hijos pequeños, mucho más cuando se es madre divorciada o soltera. Porque son muchas las ocupaciones y el tiempo, lastimosamente, siempre parece estrecharse.
En estas circunstancias, perder el vehículo por impago no es un problema menor, significa despojarse de una herramienta sin la cual los compromisos se multiplican y la autonomía se reduce.
La pérdida del automóvil o el temor a que ocurra casi siempre vienen acompañados de un sentimiento de injusticia. Después de todo, lo que haces permanentemente es trabajar, incluso esto limita lo que compartes con tus hijos.
Por ello queremos explicarte lo que conlleva el retraso de las cuotas de un préstamo de vehículo. Pero sobre todo queremos darte al final un par de pistas que te ayuden a manejar del mejor modo esta situación, y no tengas que perder tu medio de transporte.
Un retraso en tu crédito para vehículo genera un cargo
Los préstamos de este tipo en República Dominicana estipulan que al vencerse el tiempo para pagar una cuota se genera un cargo.
Se trata de una suma adicional por mora, que puede rondar el 5% mensual sobre el monto retrasado. Algunas instituciones pueden fijar un porcentaje mayor.
Y esto supone que si ya tuviste problemas para saldar lo que tenías agendado, el nuevo monto puede suponer más sacrificios para ti; pues, simplemente es más dinero.
Algunos contratos con las entidades financieras establecen la potestad de que el vendedor del vehículo pueda cobrar lo adeudado por su cuenta. Es decir, tener acceso a depósitos o títulos tuyos que consigas después de producirse el endeudamiento.
Con ellos el vendedor puede cubrir montos ligados al capital, comisiones, intereses o gastos conexos.
Incluso es muy común que al firmar el contrato con el banco se estipule un cobro automático mensual por el crédito para el automóvil.
Y todo esto representa en el fondo menos autonomía financiera para ti.
Otros compromisos asociados
Cuando se paga un automóvil a crédito también se incluyen otros gastos relacionados, uno de ellos es la póliza de seguro. Y con ella también nos retrasamos cuando no pagamos la cuota al banco.
En consecuencia, el cliente puede perder los beneficios acordados con la entidad financiera y el vendedor, como pueden ser descuentos o lapsos de pagos.
Pero lo más importante es que al deudor se le pueden exigir de inmediato la porción de compra-venta y de la prima de la póliza: más endeudamiento para ti.
No pagar sale más caro
Los préstamos para vehículos suelen estipular que vencidas ciertas cuotas, la persona debe devolver el bien al comprador.
Si se emprende una confrontación legal para que el vendedor (dealer o concesionario) recupere lo adeudado, el deudor debe correr con los gastos legales.
Esto supone, en algunos casos, los honorarios de los abogados. Y ha resultado que algunos contratos estipulan un porcentaje en relación al valor del vehículo (10%, 15%, 20%).
Cuando no queda más remedio que entregar el automóvil, el proceso alguna veces no termina allí.
Algunos acuerdos del préstamo estipulan que el vendedor tiene derecho a una compensación por el uso que se hizo del carro.
Esta compensación puede llegar al 10% del precio de venta del vehículo, más gastos por la incautación del bien, sin olvidar los cargos por las moras adeudadas.
Evita los créditos informales
Y no importa lo que te digan en la calle, los créditos informales no son la solución a este tipo de problemas.
Todo lo contrario: estarás endeudándote de manera desproporcionada. Quizá podrás pagar una cuota del carro, pero los intereses del crédito informal son elevadísimos, y el mes siguiente y el que sigue deberás seguir abonando al crédito de tu vehículo.
¿Cómo podrás cubrir tus deudas habituales más el interés exorbitante de un crédito informal?
Aléjate de ese tipo de recursos. Lo correcto siempre es hablar y negociar con la entidad financiera.
Alternativas para saldar tu deuda con el banco
Comunícate con tu banco apenas consideres que te puedas retrasar con el pago de las cuotas.
Si notificas tu situación económica con cierta antelación, hay buenas probabilidades de que la institución te ofrezca ciertas ventajas como extender el plazo para el pago de la próxima cuota, extender un poco el pago del plazo total del crédito, fijar una tasa de interés más baja momentáneamente, entre otras.
Toma en consideración que las entidades financieras también desean que pagues, no les agrada iniciar procesos legales ni perder un cliente: a ti.
Así que pese a los temores que puedas tener, lo más factible y saludable para tus finanzas es negociar mejores condiciones hasta que te recuperes económicamente.
En caso de que no pudieras negociar con el banco, no sabes cómo hacerlo o iniciaste contacto tardíamente, puedes recurrir a plataforma de renegociación de deudas, avaladas por las autoridades financieras dominicanas.
Ellas operan a través de aplicaciones móviles o páginas web, y gracias a su experiencia en el mercado financiero nacional pueden conseguir acuerdos con las entidades bancarias.
Pueden lograr planes de pagos más holgados para ti o hasta el financiamiento a través de terceros.
En cualquier caso, no te encierres en ti misma, la salida a este atolladero está en la negociación.
Bien sea que negocies por cuenta propia frente a la institución, bien sea que uses una plataforma para que especialistas consigan un acuerdo más ajustado a tus posibilidades económicas para salir de tu deuda.