En República Dominicana se suele decir que no puedes negociar con los bancos, que tu imagen estará siempre dañada y que es imposible mejorar tu condición financiera gracias a los endeudamientos añejos
En términos generales, la mayoría de los usuarios del sistema financiero tienen las mejores intenciones. Es decir, asumen un compromiso con el absoluto deseo de cumplirlo.
Hablamos del caso por excelencia de los préstamos, en sus distintas variantes: tarjetas de crédito, hipotecario, personales, vehículos y hasta para empresas.
No obstante, hay situaciones imprevistas: accidentes, defunciones, pérdida de empleos, situaciones personales y crisis económicas (personales, nacionales o globales) que toman a las personas por sorpresa.
Y lo peor es que suceden de un modo tal que es muy complicado para las personas volver a su estado de solvencia inicial.
Entonces, ha ocurrido que más de una persona se rinde cuando las deudas la superan y la abruman; quedan en mora con los bancos por muchos años. “Total, nunca podré pagar esa deuda”.
Y una expresión como esta es ya un mito infundado, porque lo que siempre se olvida, debido al desconocimiento o al derrotismo prematuro, es que ¡a los bancos les interesa que a sus clientes les interese pagar! Y la redundancia aquí ha sido totalmente adrede.
Veamos a continuación algunos mitos y verdades para que te animes a salir de esas deudas añejas, porque lo más importante es que esto puede ayudar a tu salud, estabilidad laboral, vida familiar y autoestima.
Al banco no le interesa negociar, ¡falso!
Los problemas nos pueden hacer perder la perspectiva, eso es muy humano. Pero también es de humanos buscar ayuda. Hazlo.
Nos explicamos: cuando una deuda pasa al departamento legal es probable que las conversaciones se tornen complicadas. Por un lado, a veces se cobra en términos muy duros. Por otra parte, se habla en términos jurídicos y especializados que solo aturden al pagador.
Por eso es válido que las personas adeudadas busquen la intermediación de un tercero. ¿Qué puede lograr un intermediario en la negociación de mi deuda?
● Plantearte el problema en términos más sencillos.
● Buscar estrategias de pago acorde a tu realidad económica.
● Reestructurar o consolidar tu deuda.
● Negociar para rebajar tu deuda.
Dada su experiencia en el medio, tienen mucha más capacidad de negociación de la que puede tener una persona por cuenta propia, sin conocimientos del tema financiero y jurídico.
Empresas de este estilo ya operan con plataformas en internet y con aplicaciones para brindar ayuda a los pagadores en República Dominicana.
Mientras más tiempo pasa, al banco le interesa menos que le paguen
Es otro mito que surge por desconocimiento del día a día del sistema financiero. Pues, la verdad es otra.
Cuando un cliente de un banco, después de mucho tiempo, incluso años, se aproxima con la intención de saldar su deuda, la verdad es que es motivo de alegría para la institución financiera.
Y lo otro más importante para ti: los bancos son partidarios de ofrecer rebajas de la deuda con tal de que ese compromiso se salde en un tiempo prudencial.
Ahí lo tienes: otro motivo para animarte a saldar esa vieja deuda.
Las deudas desaparecen
Otra mentira malintencionada. Ningún especialista serio en finanzas y asuntos legales te dirá eso jamás.
En República Dominicana existe la prescripción extintiva o liberatoria contemplada en el Código Civil; es decir, la extinción de las obligaciones, que llevado al terreno de las deudas quiere decir: la eliminación de la acción judicial para su cobro.
Esto no significa, empero, que la deuda desaparece; la deuda seguirá existiendo. De modo que si alguien te dice que si dejas de pagar tu compromiso por años, no pasa nada porque la deuda vencerá. Esa persona te está malinformando.
La prescripción extintiva o liberatoria solo contempla que una vez pasado cierto tiempo, el acreedor no podrá emprender una acción judicial contra ti, pero la deuda se mantiene.
Las deudas se heredan
Esto sí es una realidad. En República Dominicana el Código Civil establece, específicamente en el artículo 873, que los herederos deben asumir las deudas de las personas que les han heredado sus bienes.
Esto quiere decir que si has pensado que puedes dejar a tus hijos y herederos bienes como una casa, vehículo, terrenos y otras propiedades. Pues, la verdad es que tus acreedores podrán, con toda legalidad, reclamar de esas propiedades para el pago de la deuda que asumiste con ellos.
En un escenario así, lo que podría ocurrir es que tus herederos desistan de los bienes que les has heredado para saldar tus endeudamientos. Y no es, definitivamente, un escenario deseable.
Nunca podré limpiar mi imagen en el sistema financiero
Ese es un planteamiento falso. El pago de las deudas y su disminución quedan registrados en los burós de crédito en República Dominicana, que son las instituciones que llevan el récord crediticio de todos los usuarios del sistema financiero en el país.
A este tipo de información tienen acceso todos los bancos, pero también los empleadores. De modo que si estás moroso, te haces menos atractivo para los empleadores.
Saldar las deudas te puede abrir, como ves, más oportunidades que cerrarlas.
En paralelo, hay otras actividades extrafinancieras que debes hacer para ir recuperándote. Puedes buscar ayuda psicológica, pues, los endeudamientos generan mucho estrés y problemas relacionados, y no hay absolutamente nada de malo en buscar herramientas psicológicas para recuperar tu estabilidad emocional.
Mantén rutinas de ejercicio físico que, además de brindar salud a tu cuerpo, ayudan a subir el ánimo, la satisfacción personal y el deseo de afrontar nuevos retos.
Conversa con tu familia y amigos sobre tus dificultades económicas, esto te ayudará a desahogarte, pero también quizá a conseguir soluciones para obtener más ingresos.
Nuestro consejo final es que no te encierres y creas que todo está perdido.
La verdad es que puedes conseguir planes para afrontar tu endeudamiento, puedes negociar con el banco, puedes limpiar tu imagen en el sistema financiero y, definitivamente, puedes darte una segunda oportunidad a través de la comunicación, los hábitos saludables, una sana relación con tus seres queridos y el deseo de superarte.