Consejos para crear un fondo de emergencia

21.04.22 08:33 PM By Jennifer

Durante el período quizá más crítico de la pandemia de la COVID-19, el segundo trimestre de 2022, se perdieron 49 millones de empleos en América Latina, según la Organización Internacional del Trabajo.  

 

Nadie estaba contando con un fenómeno como este. Pero la verdad es que tampoco se cuenta con “imprevistos más previsibles”, valga la contradicción. Nos referimos a accidentes, enfermedades, una temporada baja del negocio propio, reducción de personal, la avería del vehículo, la reparación de algún elemento de la casa…cosas por las que cualquiera de nosotros podría pasar.  

 

Para ver la magnitud de la falta de ahorro en América Latina serviría mirar estas cifras del estudio “Tendencias y oportunidades no tradicionales para potenciar la inclusión financiera en América Latina”, publicado por la consultora Deliotte:  

 

“Solo 51% de los adultos tiene cuentas bancarias, de los cuales solo 28% realiza pagos directamente desde ellas y menos del 15% se benefició de ahorros formales o servicios de préstamo”.  

 

Esto nos dice que es muy bajo el porcentaje de ahorro en la región. Y esto se traduce, a su vez, en que ante una dificultad nos volvemos muy vulnerables, porque no tenemos un respaldo económico en el que sostenernos.  

 

La solución a estos problemas y, por cierto, la base de toda economía personal o familiar sana es contar con un fondo de emergencia.  


¿Qué debe tener un fondo de emergencia? 
 

Este fondo, según suelen señalar (por no decir repetir insistentemente) los especialistas en finanzas, debe ser el equivalente a lo que representan tus gastos corrientes en un lapso que va de los tres a seis meses.  

 

Es decir, vas a sumar lo que gasta en un mes en alimentación, transporte, vivienda, educación y salud, y todo ello lo multiplicas por tres. Ese debe ser el monto mínimo para sostenerte económicamente. Un fondo óptimo debería cubrirte por lo menos por un lapso de seis meses.  

 

Ese dinero debe estar en una cuenta de ahorro disponible en cualquier momento. Con ello queremos decir, que no debes tener ese dinero en productos como certificados de depósito, títulos valores, fondos de inversión; puesto que estos, generalmente, te penalizan al sacar el dinero antes del tiempo estipulado.  


Consejos para consolidar tu fondo de emergencia
 

Si te parece muy abrumador conseguir el equivalente a tres meses de gastos de un día para otro; pues, claro, que es abrumador. Pero esa no es una forma realista de consolidar ahorros, sino que debes hacerlo poco a poco y sin detenerte.  

 

Los especialistas en finanzas personales aconsejan guardar, como mínimo, 10% de tus ingresos mensuales. Y, recuerda, una vez que empieces no puedes dejar de hacerlo porque, de lo contrario, se retrasara tu meta y seguirás vulnerable por mucho más tiempo.  

 

Otro elemento que debes controlar son tus gastos y endeudamientos. Sobre este último, se recomienda que no destines más de 30% de tus ingresos mensuales al pago de deuda.  

 

Si notas que en la actualidad estás gastando más de 30% en deudas financieras, tus finanzas no están marchando bien. Y si la mayor parte de ese porcentaje va a la tarjeta de crédito o, peor, la totalidad, estás en serios problemas. Recorta tus gastos con la tarjeta, recuerda que esta es la que suele tener la tasa de interés más elevada entre los diferentes préstamos bancarios.  

 

Trata de consolidar deuda o conseguir un refinanciamiento a una tasa de interés más baja. Esto podría ayudar a reducir la presión sobre tus finanzas. O sea, a permitirte destinar más dinero a tus ahorros y menos a tus deudas.  

 

El 30%, de nuevo, vuelve a ser útil para ti. Ese debe ser el porcentaje de tu límite de tarjeta de crédito que deberías usar al mes, nunca más de ello. Hay dos razones de peso:  

 

  1. Gastar más de eso puede comprometer tu capacidad de pago. 

  1. Los bancos y los burós de crédito comienzan a considerar preocupante gastar más de este porcentaje. 

 

Gastar el 50% o más de tu límite de crédito todos los meses es una señal de poca solvencia. Y esto te puede traer problemas a la hora de solicitar otros créditos. Puede que no te los nieguen, pero te podrían asignar una tasa de interés más elevada por percibir cierto riesgo en ti.  


La importancia de reducir gastos 
 

Ya sabes lo que debes hacer con tu nivel de endeudamiento, ahora presta atención a los recortes, allí puede estar la magia para liquidar deuda, acelerar el ahorro y conseguir metas financieras de largo alcance.  

 

El primer rubro en el que puedes hacer recortes es en el de entretenimiento. No significa que en adelante tendrás una vida aburrida, ¡nada de eso! Es, más bien, poner ciertos parámetros. Puedes empezar por prácticas como las siguientes:  

 

  • Limitar el número de comidas en restaurantes. 

  • Reducir las visitas al cine.  

  • Tener un solo servicio de contenido de streaming por suscripción. 

  • Hacer ejercicio al aire libre por un tiempo y ahorrar el costo del gimnasio. 

  • Recrearte con paseos. 

  • Cocinar en casa o preparar cenas para tus amigos en lugar de salir. 

 

Otros rubros donde puedes recortar son la compra de vestimenta, artículos tecnológicos (salvo que estos realmente sirvan para que generes ingresos) y juegos de lotería. 


Un fondo de emergencia más sólido
 

Una vez que hayas alcanzado los tres meses de tus gastos corrientes, puedes estar orgulloso u orgullosa de ti.  

 

Pero desde ese momento puedes hacer otro corte, y abrir otro ahorro, quizá el equivalente a un mes de tus gastos corrientes. Y ese dinero, el de un solo mes, destinarlo a un producto financiero que te dé más rentabilidad. 

 

Una vez que el plazo de esa cuenta a plazo fijo, certificado de depósito, título valor o cuotas de fondo de inversión se terminé tendrás de vuelta tu capital más los intereses. Y ese nuevo monto podrías sumarlo a tu fondo de emergencia, en el que ya tienes el equivalente a tres meses de gastos corrientes, y al que ahora le estás sumando más.  

 

Pero recuerda, los tres meses de tu fondo de emergencia deben permanecer en una cuenta a la que tengas acceso, así te podrás auxiliar en caso de una eventualidad. Cualquier ingreso o ahorro adicional lo puedes rentabilizar por otro lado.